lunes, noviembre 13, 2006

El sueño.


...Narciso lo miró con grave semblante:
-Te tomo en serio cuando eres Goldmundo. Y lo único que anhelo es que seas total y enteramente Goldmundo. Tú no eres un erudito ni un monje; un erudito o un monje pueden hacerse de una madera inferior. Crees que te tengo por poco ilustrado, poco versado en lógica o por poco piadoso. En modo alguno; pero a mi ver, no eres lo bastante tú mismo...
...-Escucha -le dijo-. Nada más que en una cosa te aventajo: yo estoy despierto mientras que tú lo estás sólo a medias y, a veces, duermes por completo. Llamo despierto a aquel que, con la razón y la conciencia, se conoce a sí mismo y conoce sus más íntimas fuerzas, impulsos y flaquezas irracionales, y sabe contar con ellas. El aprender esto es el sentido que para ti puede tener nuestro encuentro. En ti, Goldmundo, el espíritu y la naturaleza, la conciencia y el mundo de los ensueños se hallan muy distanciados. Has olvidado tu infancia, y ella desde el hondón de tu alma te solicita. Y te hará sufrir hasta que le prestes oídos... Bueno; de esto basta. Como te decía, pues, en lo de estar en vela soy más fuerte que tú; aquí te aventajo y, por eso, puedo serte de provecho. En todo lo demás, querido, eres superior a mí... digo, lo serás cuando te hayas encontrado a ti mismo... (Narciso y Goldmundo, Hermann Hesse)

2 comentarios:

xxx dijo...

"Cuando te hayas encontrado a ti mismo", cuando será ese día en el que por fin y de regreso formemos uno solo con la tierra, con el planeta, con el universo!??? besos de tierra

Anónimo dijo...

Vivo soñando....