domingo, abril 22, 2007

Confesiones.

...Hay, pues, cosas que el sentir general de los hombres tiene por reprensible, pero que tú no reprendes; así como hay otras que los hombres alaban pero tú condenas. No siempre coinciden la apariencia exterior de los hechos con el ánimo y la intención no conocida de quien los hace...
"¿Qué me importan los hombres y qué interés puedo tener en que oigan mis confesiones como si fueran ellos los que me pueden sanar?" Porque la gente suele ser curiosa por conocer las vidas ajenas y perezosa para corregir la suya propia. ¿Para qué quieren que les diga quién soy los que no quieren oir de ti quiénes son ellos? (San Agustín)

La mujer sorprendida en adulterio.


8. Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles. Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todoss, dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?" Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían, se enderezó y les dijo: "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra". E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo. Al oir estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?" Ella le respondió: "Nadie, Señor". "Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante" (Evangelio de San Juan)

La benevolencia para juzgar.

7. No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Deja que te saque la paja de tu ojo", si hay una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Evangelio de San Mateo)