martes, noviembre 21, 2006

Conciencia y normalidad social.

...Sin embargo, un peso más doloroso que conllevan la conciencia y la competencia crecientes es la soledad de trascender la cultura tradicional...
...Estos individuos piensan lo bastante bien para desafiar el pensamiento convencional e irracional. Cuestionan las lealtades ciegas nacionales y tribales –y limitaciones impuestas por su cultura- con el propósito de crecer. Ya no creen todo lo que leen en los periódicos. Buscan la verdad y ponen en tela de juicio las ilusiones de “normalidad” promovidas por la sociedad y los medios de comunicación. Demuestran el coraje de no dejarse absorber más por el pensamiento simplista en torno de ellos. Han redefinido “la familia” para incluir no solo a los parientes consanguíneos sino a las relaciones significativas que establecen con otras personas que comparten intereses comunes y un enfoque de la vida común y orientado hacia el crecimiento. En el proceso de tornarse cada vez más conscientes, muchos experimentan un sentimiento de libertad y liberación en el esfuerzo por ser fieles y leales a sí mismos. El conocimiento de sí mismos se va arraigando en lo eterno y la evolución de la conciencia es la esencia de su crecimiento espiritual. Pero también pagan un precio, porque el de ellos puede ser un viaje solitario. Los pensadores profundos suelen ser interpretados erróneamente por las masas que continúan considerando la vida y el mundo de un modo simplista. Puesto que muchos que son conscientes no están dispuestos a aceptar la mentalidad de “estar de acuerdo para llevarse bien” que predomina en la sociedad, les cuesta amoldarse a la corriente general. Descubren que otros tienen dificultad para comprenderlos y comunicarse con ellos. Pagan el precio de sentirse al menos en parte alienados de las familias y aislados de las viejas amistades y los rituales culturales.
Esta “elite” intelectual y espiritual proviene de una variedad de ambientes. Pueden ser ricos o pobres, de cualquier raza, género o nivel de instrucción. Pero dado que la conciencia exige una gran fuerza interna para luchar, muchos con el potencial para elevarse por encima de la mayoría –una cierta mentalidad con la que fueron criados- escogen en cambio lo que parece un camino más fácil, el del estancamiento antes que el crecimiento...
...En realidad, es muy común que la conciencia sea tratada como si fuera un resfrío ordinario, contagioso o potencialmente mortal si uno disemina demasiado el pensamiento profundo entre las personas a su alrededor. Como escribí en el capitulo uno, es muy habitual que la gente diga a los individuos contemplativos que “piensan demasiado”. El ser consciente suele ser acogido con recelo y ansiedad, como si pensar con profundidad y bien pudiera equipararse a una droga mala capaz de convertirnos en adictos y conducirnos a una sobredosis... (El Camino Personal, M. Scott Peck)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de un tiempo comprendes la sutil diferencia entre dar una mano y encadenar un alma. Aprendes que el amor no significa sumisión y la compañía no significa seguridad. Empiezas a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas. Y empiezas a aceptar tus derrotas con la cabeza en alto y los ojos bien abiertos; con el donaire de un adulto, no con el dolor de un niño.
Aprendes a construir todos tus caminos en base al presente, porque el terreno del futuro es demasiado inseguro para hacer planes.
Después de un tiempo aprendes que hasta el sol quema si lo recibes en exceso.
Por eso, siembra tu propio jardín y decora tu propia alma en vez de esperar que alguien te traiga flores. Y aprende que realmente puedes soportar... que realmente eres fuerte... y que de veras tienes valor.

(Desconozco el autor, me gustaria saber quien ha sentido esto... tan cierto.)