miércoles, diciembre 02, 2009

48. Ching / El Pozo de Agua - I Ching - R. Wilhelm


Arriba K´an, Lo Abismal, el agua.
Abajo Sun, Lo Suave, el viento, la madera.
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Abajo está la madera, arriba el agua. La madera desciende al interior de la tierra a fin de elevar el agua. Es la imagen de un pozo de palanca, de la antigüedad china. La madera no hace referencia a los cubos que en la antigüedad eran de barro cocido, sino a la vara de madera mediante cuyos movimientos se extría el agua del pozo. La imagen alude asimismo al mundo vegetal que en sus arterias eleva el agua de la tierra. El pozo del que se extrae el agua contiene además la idea de un inagotable don de alimento.
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EL DICTAMEN
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El Pozo. Puede cambiarse de ciudad, mas no puede cambiarse de pozo. Este no disminuye y no aumenta. Ellos vienen y van y recogen del pozo. Cuando casi se ha alcanzado el agua del pozo pero todavía no se llegó abajo con la cuerda o se rompe el cántaro, eso trae desventura.
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Las ciudades capitales eran a veces trasladadas en la antigua China, en parte por motivos de ubicación, en parte al producirse los cambios de dinastía. El estilo de edificación se modificaba en el curso de los siglos, pero la forma del pozo sigue siendo la misma desde tiempos antiquísimos hasta nuestros días. Así el Pozo es un símbolo de la organización social de la humanidad en cuanto a sus necesidades vitales primarias, e independiente de todas las formaciones políticas. Las formaciones políticas, las naciones, cambian, pero la vida de los hombres con sus exigencias sigue siendo eternamente la misma. Esto no puede modificarse. Asimismo, esa vida es inagotable. No disminuye ni aumenta y está ahí para todos. Las generaciones vienen y se van y todas ellas disfrutan de la vida en su inagotable plenitud. Sin embargo, para una buena organización estatal o social de los Hombres hacen falta dos cosas. Es necesario descender hasta los fundamentos de la vida. Toda superficialidad en el ordenamiento de la vida, que deje insatisfechas las más hondas necesidades vitales, es tan imperfecta que no difiere de un estado en el cual ni siquiera se hubiese hecho algún intento de ordenamiento. Asimismo, acarrea males una negligencia a causa de la cual se rompe el cántaro. Cuando la protección militar de un Estado, por ejemplo, se exagera al punto de provocar guerras por las que se ve destruido el poderío del Estado, esto equivale a la rotura del cántaro. También en lo relativo al hombre individual debe tomarse en consideración este signo. Por diversas que sean las inclinaciones y las formaciones de los hombres, la naturaleza humana en sus fundamentos es la misma en todos los casos. Y cada cual puede proveerse durante su formación, recurriendo a la fuente inagotable de la naturaleza divina de la esencia humana. Pero también al respecto existe la amenaza de dos riesgos: en primer lugar, que durante su formación uno no penetre hasta las verdaderas raíces de lo humano y más bien quede atascado en medio de las convenciones –semejante semicultura es tan mala como la incultura-, o bien que súbitamente uno claudique y descuide la formación de su ser.
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LA IMAGEN
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Sobre la madera está el agua: la imagen del pozo. Así el noble alienta al pueblo durante el trabajo y lo exhorta a ayudarse mutuamente.
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Abajo está el signo Sun, madera, y encima el signo K’an, agua. La madera succiona el agua hacia arriba. Así como la madera en cuanto organismo imita la actividad del pozo que redunda en cuanto organismo imita la actividad del pozo que redunda en beneficio de las diferentes partes de la planta, ordena el noble la sociedad humana, de modo que la madera de un organismo vegetal haya una mutua interpenetración para bien del todo.
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LAS DIFERENTES LÍNEAS
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Al comienzo un seis significa:
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El limo del pozo no se bebe. A un pozo viejo no acuden animales.
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Cuando alguien deambula por bajíos pantanosos, su vida se hunde en el lodo. Una persona así pierde su importancia para la humanidad. A quien se abandona a sí mismo, tampoco acuden los demás. Finalmente ya nadie se ocupa de él.
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Nueve en el segundo puesto significa:
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Junto al agujero del pozo uno dispara a los peces. El cántaro está roto y pierde.
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El agua en sí misma es clara. Pero no se la utiliza. Así sólo peces moran en el pozo. Y el que acude sólo llega para recoger peces; sin embargo, el cántaro está roto, de modo que uno no puede conservar en él los peces. Se describe una situación en la que alguien, en principio, tendría buenas dotes; pero éstas se descuidan. Nadie se preocupa por el ni lo tiene en cuenta, por consiguiente él decae interiormente. Cultiva el trato con gente vulgar y ya no podrá realizar nada de valor.
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Nueve en el tercer puesto significa:
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El pozo se ha limpiado pero no se bebe de él. Este es el pesar de mi corazón; Pues se podría tomar de él. Si el rey fuese preclaro se disfrutaría conjuntamente de la dicha.
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En este caso existe un hombre capaz. Es comparable a un pozo que se ha limpiado y cuyas aguas se podrían beber. Pero no es utilizado. Esto causa aflicción a la gente que lo conoce. Reina el deseo de que el príncipe se entere de ello, pues sería una suerte para todos los afectados.
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Seis en el cuarto puesto significa:
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El pozo es revestido; ningún defecto.
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Cuando el pozo se revoca, no puede utilizárselo por cierto en ese ínterin, pero el trabajo no se hace en vano; gracias al revestimiento el agua permanece clara. Así también en la vida hay épocas en que uno debe poner orden en su propia persona. Si bien durante esta época nada puede hacerse por los demás, resulta sin embargo valiosa, puesto que mediante el perfeccionamiento interno incrementa uno su energía y sus facultades, y de este modo podrá luego realizar mucho más.
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O Nueve en el quinto puesto significa:
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En el pozo hay una fuente clara y fresca de la que se puede beber.
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He aquí un buen pozo que en su fondo guarda una fuente de agua viva. Un hombre que posea semejantes virtudes ha nacido para salvador y conductor de los hombres. El posee el agua de la vida. Sin embargo falta aquí el signo: ventura. En el caso del pozo todo depende de que el agua sea extraída. La mejor de las aguas sólo existe como posibilidad de refrescar a los hombres, mientras no sea llevada hacia arriba. Así también en el caso de los conductores de la humanidad todo depende de que se beba de su fuente, de que sus palabras sean transferidas a la vida.
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Al tope un seis significa:
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Extraen del pozo sin impedimento. Se puede confiar en él. ¡Elevada ventura!
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El pozo está ahí para todos. Ninguna prohibición detiene a los que sacan agua de él. Por numerosos que sean los que acuden, encontrarán lo que necesitan, pues se puede confiar en este pozo. Tiene una fuente y ésta no se seca; de ahí que aporte gran ventura para todo el país: así es el hombre realmente grande, inagotablemente rico en cuanto a su acervo interior. Cuantos más sean los hombres que se nutren de él, tanto más grande se tornará su riqueza.

domingo, noviembre 29, 2009

61. Chung Fu / La Verdad Interior - I Ching - R. Wilhelm


Arriba Sun, Lo Suave, el viento, la madera
Abajo Tui, Lo Sereno, el lago

Por sobre el lago sopla el viento y remueve la superficie del agua. Así se manifiestan efectos visibles de lo invisible. El signo se compone de trazos firmes arriba y abajo, mientras que el centro se halla abierto. Esto señala que el corazón está libre de prejuicios, de modo que está capacitado para acoger la verdad. En cambio, los dos signos parciales (trigramas) contienen en su centro sendos trazos firmes. Esto indica el vigor de la verdad interior manifiesto en sus efectos
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Las cualidades de los signos parciales son: arriba suavidad, transigencia frente a los inferiores, abajo aceptación regocijada de la obediencia para con los superiores. Tales condiciones crean la base de una confianza mutua que posibilita los éxitos. El carácter (ideograma) para Fu (Verdad) presenta en realidad la imagen de una pata de pájaro sobre un pichón. Contiene la idea del empollar. El huevo es hueco. Es preciso que la fuerza de lo luminoso actúe en forma vivificante desde afuera. No obstante, en lo interior ya ha de existir un germen de vida, para que la vida pueda ser despertada. Especulaciones de vasto alcance pueden asociarse con estas ideas.

EL DICTAMEN
Verdad Interior. Cerdos y peces. ¡Ventura!
Es propicio cruzar las grandes aguas.
Es propicia la perseverancia.

Los cerdos y los peces son los animales menos espirituales y por lo tanto los más difíciles de ser influidos. Es preciso que el poder de la verdad interior haya alcanzado un alto grado antes de que su influjo alcance también a semejantes seres. Cuando uno se halla frente a personas tan indómitas y tan difíciles de ser influidas, todo el secreto del éxito consiste en encontrar el camino adecuado para dar con el acceso a su ánimo. En primer lugar, interiormente hay que liberarse por completo de los propios prejuicios. Se debe permitir, por así decirlo, que la psiquis del otro actúe sobre uno con toda naturalidad; entonces uno se le acercará íntimamente, lo comprenderá y adquirirá poder sobre él, de modo que la fuerza de la propia personalidad llegará a cobrar influencia sobre el otro a través de esa pequeña puerta abierta. Cuando luego ya no haya obstáculos insuperables de ninguna clase, podrán emprenderse aun las cosas más riesgosas —como la travesía del agua grande— y se obtendrá éxito. Pero es importante comprender en qué se funda la fuerza de la verdad interior. Ésta no se identifica con una simple intimidad o con una solidaridad clandestina. Vínculos íntimos también pueden darse entre bandidos. También en este caso significa, por cierto, una fuerza. Pero no es una fuerza venturosa puesto que no es invencible. Toda asociación basada en intereses comunes sólo puede llegar hasta un punto determinado. Donde cesa la comunidad de intereses, también termina la solidaridad, y la amistad más íntima se transforma a menudo en odio. Tan sólo allí donde lo recto, la constancia, constituye el fundamento, la unión seguirá siendo tan sólida que triunfará de todo.


LA IMAGEN
Por sobre el lago está el viento:

La imagen de la verdad interior.
Así el noble discute los asuntos penales,
con el fin de detener las ejecuciones.

El viento mueve el agua porque es capaz de penetrar en sus intersticios. Así el noble, cuando debe juzgar faltas cometidas por los hombres, trata de penetrar en su fuero interno con gran comprensión para formarse un concepto caritativo de las circunstancias. Toda la antigua jurisprudencia de los chinos tenia por guía esa idea. La más elevada comprensión, que sabe perdonar, se consideraba como la más alta justicia. Semejante procedimiento judicial no carecía de éxito; pues se procuraba que la impresión moral fuese tan fuerte como para no dar motivos de temer abusos como consecuencia de tal lenidad. Pues ésta no era fruto de la flaqueza, sino de una claridad superior.

LAS DIFERENTES LÍNEAS

Al comienzo un nueve significa:
Estar dispuesto trae ventura.
Si hay segundas intenciones, es inquietante.

Lo principal para el ejercicio de la fuerza de la verdad interior consiste en hallarse uno en sí mismo firme y dispuesto. De tal actitud interior emergerá la conducta correcta frente al mundo externo. Si, en cambio, se pretendiera cultivar relaciones secretas de índole particular, sería motivo de verse uno privado de su independencia interior y cuanto más seguro se sintiera en la convicción de hallar en otros su respaldo, tanto más se hundiría en la inquietud y la preocupación de saber si tales uniones secretas son realmente consistentes. Con lo cual perdería la paz interior y la fuerza de la verdad interior.

Nueve en el segundo puesto significa:
Una grulla que clama en la sombra.
Su pichón le responde. Tengo una buena copa. Quiero compartirla contigo.

Se trata aquí del influjo involuntario que la naturaleza interior ejerce sobre personas anímicamente afines. No es necesario que la grulla aparezca mostrándose sobre una alta colina. Aun oyendo su llamado desde lo más oculto, el pichón percibe su voz, la reconoce y le da respuesta. Donde reina un ánimo alegre, también aparece un compañero para compartir con uno una copa de vino.

Así se manifiesta el eco que la simpatía despierta en los hombres. Allí donde una disposición anímica, un sentimiento, se anuncia con verdad y pureza, donde un acto es clara expresión de la actitud interior, tales manifestaciones actúan misteriosamente y a distancia, en primer término sobre quienes se hallan interiormente receptivos. Pero tales círculos van ampliándose. La raíz de todo influjo reside en el propio interior. Cuando el interior se expresa con plena verdad y vigor, tanto en las palabras como en los actos, es grande el influjo. Ese influjo es, pues, sólo la imagen refleja de aquello que surge del propio pecho. Así toda intención de ejercer un influjo sólo destruiría ese mismo influjo.

Kung Tse dice al respecto: “El noble permanece en su cuarto. Cuando expresa bien sus palabras, encuentra aprobación a una distancia de más de mil millas. ¡Cuánto más aún en la cercanía! Si el noble permanece en su cuarto y no expresa bien sus palabras, encuentra oposición a una distancia de mil millas. ¡Cuánto más aún en la cercanía! Las palabras parten de la propia persona y actúan sobre las gentes. Las obras se generan en la cercanía y son visibles desde lejos. Palabras y obras son los goznes de la puerta del noble, son el resorte de su arcabuz. Al moverse estos goznes y este resorte, acarrean ya honor, ya vergüenza. Mediante sus palabras y sus obras el noble mueve cielo y tierra. ¿No hay que ser cauteloso entonces?”

█ Seis en el tercer puesto significa:

Él se encuentra con un compañero, ya toca el tambor, ya cesa de hacerlo, ya solloza, ya canta.

Aquí la fuente de energía no se halla en el propio yo, sino en la relación con otros. Por grande que sea la intimidad que uno tenga con otros hombres, si nuestro centro de gravedad descansa en ellos, no podremos evitar vernos ora invadidos por la alegría, ora sumidos en la aflicción. Saltar de alegría hasta el cielo, apesadumbrarse hasta sentir la muerte, he ahí el destino de quienes dependen de la concordancia interior con otros seres a los que aman. Aquí sólo se enuncia esta ley; se afirma que es así. El que este estado sea sentido como penoso o como una dicha suprema de amor, es algo que queda librado al juicio subjetivo del afectado.

O Seis en el cuarto puesto significa:

La luna que está casi llena. Se pierde el caballo de yunta. No hay falla.

A fin de acrecentar la fuerza de la verdad interior, es necesario dirigirse hacia lo superior, hacia aquello de lo cual pueda obtenerse iluminación como la que recibe la luna del sol. Para ello, sin embargo, hace falta una cierta humildad, tal como la posee la luna no del todo llena. Cuando la luna se enfrenta directamente con el sol como luna llena, comienza inmediatamente a menguar. Si bien, por una parte, hay que sentir veneración y humildad ante la fuente de iluminación espiritual, por otra parte es preciso renunciar a partidismos humanos. Únicamente cuando uno avanza por su camino como un caballo que corre derecho hacia adelante sin mirar de soslayo hacia su compañero apareado, se conserva la libertad interior que hace avanzar.

O Nueve en el quinto puesto significa:

Él posee la verdad que une con cadenas. No hay falla.

Se alude aquí al soberano que, en virtud de la fuerza de su naturaleza, lo mantiene todo unido.
Únicamente cuando su fortaleza de carácter es tan abarcadora que puede ejercer su influjo en todos los que forman parte de su dominio, él será tal como debe ser. Del soberano debe emanar una fuerza de sugestión. Ésta anudará y unirá firmemente a todos los suyos. Sin esta fuerza central toda unificación exterior es tan sólo una falacia que se derrumbará en el momento decisivo.

Al tope un nueve significa:

Clamor de gallo que se eleva al cielo. La perseverancia trae desventura.

En el gallo se puede confiar. Llama cuando clarea la mañana. Pero él mismo no puede volar hacia el cielo. Sólo hace oír su quebrada voz. Así se pretende infundir fe con meras palabras. Tal cosa ocasionalmente se logra, sin duda. Pero cuando se persiste en esta actitud, las consecuencias serán malas.