"...Ahora hablaremos otra vez de la charla. En la
práctica, todas las reglas se refieren a la charla, y a la manera de ocuparse
de la charla equivocada. Es preciso observar la charla interior y el lugar de
donde proviene. La charla interior equivocada es el almácigo no sólo de muchos
estados desagradables futuros, sino también de la charla exterior equivocada.
Se sabe que existe en el Trabajo lo que se llama la práctica del silencio
interior. Ese silencio interior en primer término, debe referirse a algo muy
preciso y definido; y en segundo, no hay que mencionarlo siquiera. Es decir, no
se puede practicar el silencio interior de un modo vago y general, excepto
quizá a modo de experimento por un tiempo. Pero se puede
practicarlo rígidamente respecto de una cosa precisa y definida, algo que se
conoce y se ve muy claramente. Alguien preguntó una vez: "¿Practicar el
silencio interior no es acaso lo mismo que impedir que algo penetre en la
mente?"
La respuesta es no. No es lo mismo. Se practica el silencio interior acerca de algo que ya está en la mente y de lo cual se debe tener percepción, pero es preciso no tocarlo en el discurso interior. Pero si lo hace, la cosa dolorosa en la mente fluye en el discurso interior y se desenvuelve como charla interior por doquier. Desde luego, ya habrán notado que la charla interior siempre se ocupa de los estados negativos y forja muchas frases desagradables, que de súbito hallan expresión en la charla exterior, quizá mucho tiempo después. En el Trabajo se nos dice que, primero, hay que tener mucho cuidado con la charla exterior equivocada. En realidad, la charla exterior equivocada se debe casi siempre a la charla interior venenosa y malévola, produce una confusión interior, como los excrementos. Son diferentes formas de mentira, y debido a eso tienen tanta fuerza y persistencia. La mentira es siempre más poderosa que la verdad porque puede herir. Si observa la charla interior equivocada verá que está hecha sólo de verdades a medias, o de verdades que se relacionan entre sí en un orden incorrecto, o con algo que se agregó o se omitió. En otras palabras, es sencillamente mentirse a uno mismo. Se dice: "¿Es esto verdad?", tal vez lo detenga, pero encontrará otra serie de mentiras. Con el tiempo llegará a disgustarle. Si lo goza, nunca aflojará su poder. No basta con que le disguste gustándole: Es preciso que le disguste absolutamente.
La respuesta es no. No es lo mismo. Se practica el silencio interior acerca de algo que ya está en la mente y de lo cual se debe tener percepción, pero es preciso no tocarlo en el discurso interior. Pero si lo hace, la cosa dolorosa en la mente fluye en el discurso interior y se desenvuelve como charla interior por doquier. Desde luego, ya habrán notado que la charla interior siempre se ocupa de los estados negativos y forja muchas frases desagradables, que de súbito hallan expresión en la charla exterior, quizá mucho tiempo después. En el Trabajo se nos dice que, primero, hay que tener mucho cuidado con la charla exterior equivocada. En realidad, la charla exterior equivocada se debe casi siempre a la charla interior venenosa y malévola, produce una confusión interior, como los excrementos. Son diferentes formas de mentira, y debido a eso tienen tanta fuerza y persistencia. La mentira es siempre más poderosa que la verdad porque puede herir. Si observa la charla interior equivocada verá que está hecha sólo de verdades a medias, o de verdades que se relacionan entre sí en un orden incorrecto, o con algo que se agregó o se omitió. En otras palabras, es sencillamente mentirse a uno mismo. Se dice: "¿Es esto verdad?", tal vez lo detenga, pero encontrará otra serie de mentiras. Con el tiempo llegará a disgustarle. Si lo goza, nunca aflojará su poder. No basta con que le disguste gustándole: Es preciso que le disguste absolutamente.
Todo esto pertenece a la purificación de
la vida emocional. Mecánicamente sólo simpatizamos con nosotros mismos y
tenemos antipatía u odio a quienes no simpatizan con nosotros. No es posible el
desarrollo del ser, y de ello no cabe la menor duda, a menos que las emociones
dejen de fundamentarse únicamente en la autosimpatía..."
(*) Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky - Tomo 1 / Maurice Nicoll
No hay comentarios.:
Publicar un comentario