¿Tú lees a Hermann Hesse? ha sido una pregunta que he hecho muchas veces en mi vida porque me parece importante saberlo. Quiero saber algo de la persona a quien pregunto, algo central, una especie de complicidad, de participación de un secreto, de un misterio que no tiene un nombre muy preciso, pero que ahí está: yo sé que tú sabes lo que yo sé, «no para todos, sólo para algunos». Siento un misterio en torno a Hesse, que es central en su vida, en sus novelas y maneras de ver el mundo. No le pregunto a otros si leen a Proust, Mann, Rilke o Eliot, no, no es lo mismo.
Hesse dice que a los trece años se dio cuenta de que quería ser poeta, todo su propósito de vida fue en torno a esta decisión, en una lucha con muchas dificultades. Decía que no había ninguna carrera que enseñara a ser poeta, era un camino que había que seguir con la propia orientación a través de la vida. «Se nace poeta, no es poeta el que quiere llegar a serlo». «Es un honor ser poeta, un poeta conocido y afortunado». Pertenecía a una familia de pastores protestantes, que habían vivido parte de su vida en la India, tanto sus padres como también su abuelo, lo que tendría gran influencia en su crecimiento, sus creencias y sus novelas. Su relación con su madre fue muy importante, lo que él destaca en su afición por
la música.
Nació en 1877, en Calw, al sur de Alemania. Su niñez la relata como llena de riquezas: «Había adquirido importantes enseñanzas para la vida mucho antes de mis años de colegio. Conocía mi pueblo palmo a palmo, sus gallineros, sus bosques, sus huertos de frutas, sus talleres. Conocía sus arboles, sus pájaros, sus mariposas. Sabía muchas canciones. Sabía silbar”. Su adolescencia fue muy dificil en la búsqueda de lograr ser escritor. Estudió dos años Teología, que luego dejó; desempeñó muchos oficios diversos: asistente de un taller mecánico, ayudante de una fábrica de relojes de torre, vendedor de libros y escritor
de poemas. Siguió estudios en forma personal. «Entre mis 16 años y mis 20 años, no sólo Ilené cientos de cartillas con mis primeros ensayos de poeta. Conocí además la mitad de la literatura mundial y estudié con tenacidad la historia del arte, las lenguas y la filosofia, que hubiera bastado cumplidamente para unos estudios oficiales».
Los primeros libros que le hicieron ser y sentirse un real escritor fueron: «Hermann Laucher », «Peter Camenzind» y «Bajo la rueda», escritos entre 1901 y 1907. Todos de gran contenido autobiográfico y muy conectados con las dificultades de la adolescencia. En estos libros, como en toda su obra, sobresale su sensibilidad hacia la interioridad de las personas y la naturaleza, en una descripción de paisajes, viajes, amistades, amores, crisis, búsquedas, incertidumbres, siempre predominando lo poético y lo misterioso de estar en el mundo.
En 1911, junto con un amigo pintor, hace un largo viaje a la India, que tendrá mucha importancia en sus obras posteriores,
Antes de la Primera Guerra Mundial vive en Suiza. En 1914 entra en crisis con el militarismo alemán, con Alemania y sus gobernantes, siendo acusado de «deslealtad y traición a la patria», por sus opiniones pacifistas y su crítica al gobierno. En esa época muere su padre y su matrimonio entra en serias dificultades por una enfermedad mental de su esposa. Se separan y él también es afectado profundamente por una gran crisis emocional. Todo su mundo se desmorona. «...la pérdida de mi casa, de mi familia y de mis bienes y comodidades. Era un tiempo en que a diario me despedía y a diario me asombraba de que pudiera soportar y seguir viviendo y de que tuviera todavía cierto amor a la vida, que sólo me causaba dolor, desengaño, decepción y pérdidas.» Se ve obligado a buscar ayuda. Es psicoanalizado por el Dr. Lang, discipulo de C. G. Jung, entre los años 1916 y 1917. Esta enfermedad, su crisis y su camino de salida pasan a ser muy marcadoras en la vida de Hesse. Tiene 40 años, alcanza una mayor conexión y comprensión de su propia persona y de su estructura interna. Todo esto pasa a tener gran influencia en el resto de su obra.
En 1919 aparece publicado «Demián», donde se Iogra ver la influencia del psicoanálisis tanto como el cambio en la imagen que tiene de su vida. El mismo escribe en sus cartas que esta terapia fue para él muy importante en aclarar sus conflictos internos y su visión del mundo, pero que a nivel de la creación artística no cree que tenga una influencia importante, ni que através del psicoanálisis se pueda comprender lo artístico. Demián es llamada una «novela educativa» porque nos muestra el crecimiento de su personaje, Sinclair, con todas sus dificultades, teniendo como guía cercano o interior, a Demián, un joven más maduro que puede estar dentro o fuera de Sinclair. Muestra la niñez y la adolescencia con todas sus crisis, descubrimientos, incertidumbres y búsquedas. Es un relato «interior» donde desde la intimidad del personaje enfoca sus miedos, sus amores y admiraciones, sus símbolos y creencias, su permanente evoIución. Esta novela tuvo mucha aceptación en la juventud de postguerra europea.
Desde l919 vive en Lugano, Suiza, en un lugar que no dejará más, Montagnola. En 1921 se hace ciudadano suizo. Continúa su lucha por la paz y se asocia a otros escritores, como Romain Roland. En este período comienza una larga amistad con Thomas Mann.
En 1922 se publica «Siddharta». Desde la niñez Hesse había sentido una gran cercanía con la India por sus padres y su abuelo. Esta novela es un relato poético, poema «índico», sobre la vida de Siddharta que sigue muy de cerca la vida del Buda. Abandona el hogar, se une a un grupo de ascetas, aprende del Buda y luego vive una vida dedicada al mundo de los sentidos. Vuelve a la búsqueda personal y, después de muchas aventuras, termina trabajando como barquero en un río, donde logra su plenitud espiritual. La novela es como una leyenda llena de símbolos sobre el mundo y el destino del hombre, como el Río, Buda, la Totalidad, la Liberación del Samsara, lo Divino. Es una visión espiritual de la vida, la búsqueda de un sentido y de la interpretación del mundo.
Si en «Siddharta» se nos describe el proceso de la salvación de un hombre en un mundo lejano y místico,
en «El Lobo Estepario», se nos trae a un mundo caótico y despiadado, donde Harry Heller vive su realidad de intelectual a los 48 años, donde apenas puede soportar el estar vivo, a pesar de una formación personal de gran inteligencia, erudición y honores académicos. Era un «lobo entre los corderos de la sociedad burguesa», atrapado en sus propias contradicciones y ambigüedades, deseoso de ser cuidado, protegido y
a la vez querer destruir este sistema. Era un intelectual solitario, tenía una idea de hacia dónde podía caminar, pero no lo podía hacer por sí mismo. Estando al borde del suicidio, conoce a una mujer, Armanda, que lo comienza a conectar con sus emociones más primarias y su sensualidad. Por ella comienza una evolución interna hacia otra manera de verse a sí mismo. Por intermedio de otra mujer, María, y de Pablo,
un músico, llega al Teatro Mágico, donde tiene una visión y una vivencia de su ser interno real. Se conecta con los Inmortales, seres de un desarrollo superior, que han trascendido el mundo de los conflictos y las polaridades y viven en el espíritu. Ellos son de otra realidad y «condenan» a Harry Heller a la risa, a reírse de sí mismo, de lo que le sucede y del mundo.
En 1927 publica «El Lobo Estepario» y en 1930, «Narciso y Golmundo». Esta última novela continúa la permanente pregunta de Hesse: ¿Cómo superar la dualidad interna del ser humano? ¿Cómo unir en paz la parte espiritual y mental, con la emoción, pasión y sentimiento? Es un conflicto permanente del ser humano, que aparece de diferentes formas en sus obras. Aquí es llevado a la Edad Media, en un convento católico, en dos personajes, dos monjes, que siempre sentimos que son uno solo. Narciso es asceta, introvertido, racional, claro, cierto, algo monótono y predecible como todo lo virtuoso. Goldmundo, «Boca de Oro», es lo opuesto: sensual, extravertido, artista, buscando la parte femenina o a la Naturaleza, lleno de aventuras amorosas, peligros de muerte, mucho más humano que Narciso, más imperfecto, atrayente, «por completarse», siempre busca a la Madre. Al final del relato se juntan, como las partes de un mismo ser. Por medio de la creación artística logran unirse los polos de espíritu y naturaleza. Es un relato de gran atractivo literario por su forma poética, los personajes tan opuestos, la presencia permanente de la muerte y el amor, y los misterios y conflictos de la Edad Media.
Hesse siempre buscó un ideal de vida en el espíritu, que muestra en forma parcial en sus novelas como
algo por alcanzar. En «El Viaje al Oriente» y el «Juego de Abalorios desarrolla este ideal, procurando verlo desde adentro, como ya existente. Sus personajes centrales están en ese mundo, son parte y servidores de una comunidad, de un ideal de vida realizado en la tierra. Ya no son destinos individuales en lucha con sus demonios o lobos interiores, son destinos colectivos compartidos.
«El Viaje al Oriente» trata sobre un viaje interior, espiritual, de los miembros de una logia secreta. Externamente sucede en el sur de Alemania, Suabia, y en Suiza, lugares donde vivió Hesse. El personaje central se llama H. H. y el otro Leo, él es un «dócil sirviente que complace a todos, el más humilde entre los humildes». El narrador es H.H., que para ello ha tenido que romper un voto de silencio sobre la orden. Por esto ya no puede relatar la verdad más profunda de este grupo, la que, al desertar, es olvidada. El «secreto» de la orden lo ha perdido, por lo que el intento del relato es muy dificil. En esta novela muestra la búsqueda del «oriente personal» y colectivo, con un relato de simultaneidad de diferentes épocas de la historia.
Escribir «El Juego de Abalorios» le llevó casi once años de trabajo. Es su última novela importante, para algunos su obra de mayor profundidad. Fué publicada en 1943. El relato se sitúa en el año 2400, en un momento catastrófico de la cultura occidental, de materialismo, guerras, ansiedad, dolor. Es tan grande la decadencia espiritual existente que se forma una provincia llamada Castalia, donde podrán mantenerse estos valores y desarrollar la música, la filosofia, las artes, entre personas que vivirán sólo para eso. Se relata la vida de Joseph Knetch (knetch significa siervo), que ingresa desde niño a esta comunidad y llega
a ser Maestro del Juego de Abalorios, (Magister Ludi).
Describir el juego de Abalorios no es posible, sólo se nos dan algunas ideas sobre éste. Se trata de una actividad que busca la unión y relaciones, y su posibilidad de intercambio y juego entre los diferentes aspectos del conocimiento espiritual humano. Es un anhelo de totalidad y simultaneidad entre el arte, la filosofia y la vida. Un ejemplo podría ser las relaciones e intercambios posibles entre una música de Bach, las variaciones del latín entre el siglo XIII y XV, y la pinturas de Giotto. Knetch hace un largo recorrido en esta comunidad espiritual, conoce sus problemas, propone cambios. Es influido por un monje benedictino,
el Pater Jacobus, en su visión del mundo y de Castalia. Luego de llegar a ocupar el rol más importante y representativo de este lugar, en un acto aparentemente paradójico, por una crisis interna se retira para
vivir una vida personal e individual y muere, inesperadamente, al nadar en un lago.
Algunas ideas permanentes en la obra de Hesse
El pensar mágico y la totalidad
Hesse vivió una época de muchos cambios: las guerras, los cambios sociales, las doctrinas de Freud y de Jung, la teoría de la relatividad, los cambios en la literatura, en la pintura, y en la música, la pérdida de importancia de lo religioso y espiritual.
El creía que Europa vivía una franca decadencia cultural. Un mundo lleno de polaridades: materia-espíritu, paz-guerra, espíritu-naturaleza, demoníaco-angélico. La obra de Hesse está llena de estas dualidades en sus personajes, que luchan por encontrar un mundo más armónico que supere estos antagonismos, siempre tan dolorosos y llenos de conflictos: Demián-Sinclair, Harry Heller-Armanda, Paulo-Mozart, Siddharta -Govinda, Narciso-Golmundo, H.H.-Leo. Siempre presentes en el mundo de lo imperfecto, lo dificil, lo por realizar, la lucha por existir. Hesse plantea un camino «mágicomístico», una unidad ontológica de la naturaleza y el espíritu, una posibilidad de abarcar los opuestos en lucha, incorporados en un nivel superior de consciencia. Tenía un interés no sólo teórico o de su fantasía creadora, sino ético, de encontrar un mundo de los mejores valores de la humanidad y poder vivirlos. Hay muchos símbolos de unión y totalidad: el agua, el río, el fuego, la idea de la Madre Universal y la Virgen, el Juego de Abalorios, el Buda, el Teatro Mágico, los Inmortales.
Las tres etapas del crecimiento
Hesse sostenía, junto con otros autores y tradiciones religiosas, que el hombre nace en la inocencia - primera etapa - luego pasa al conocimiento, a los conflictos y a la desesperación - segunda etapa - y puede lograr, pocas veces, una vuelta a la inocencia - tercera etapa - como un estado espiritual y de servicio a la comunidad. Esta inocencia responsable es el logro del ser humano más evolucionado. El cree que sólo los artistas, los filósofos y los santos pueden llegar a esta etapa, luego de un largo camino de desengaño y crisis con el mundo habitual de la cultura y el conocimiento común. Se lograría una superación de los conflictos, unir los opuestos, encarnar y hacer vida los valores más altos de la cultura. La mayoría de las novelas de Hesse suceden en la segunda etapa, en que los personajes toman consciencia de las contradicciones internas y externas, de la lucha permanente, y buscan un camino de salida, lograr su individuación y abrirse paso a una vida espiritual.
Esta visión en tres etapas también se ha llamado Visión Milenaria: al término del milenio la humanidad se redimiría y podría pasar a un mundo espiritual. También esta idea tiene antecedentes importantes en el cristianismo. En «EI Viaje a Oriente» y «El juego de Abalorios», esta idea espiritual se nos muestra más plena y realizada.
La amistad-dualidad
Es otra constante en la obra de nuestro autor: la presencia de los amigos como una forma muy importante de relacionarse, de influirse mutuamente y de crecer. Son relaciones con un fuerte vínculo que permanecen en el tiempo. Casi siempre nos muestran la polaridad de algún conflicto del ser humano, representado en dos personajes, que muchas veces pensamos que pueden ser dos partes de una misma persona. Por ejemplo: Sinclair y Demián, Narciso y Golmundo, Harry Heller y Armanda, siempre uno aporta al otro lo que le falta, lo que lo completa, lo que lo hace más humano, «mejor ser humano» y le permite otro paso en su crecimiento. Por esto son amistades de mucho compromiso, muy internas, espirituales, y que producen cambios importantes. Cada personaje es como una semilla que germina y crece dentro del otro.
Hermann Hesse vivió el resto de su vida en Montagnola, bastante aislado. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1946, y ese mismo año el Premio Goethe en Alemania, donde su obra había sido quemada y prohibida por el nacionalsocialismo. Su obra alcanzó gran difusión en Europa y en forma muy importante en España y Latinoamérica . Murió en 1961 a los 84 años, habiendo logrado «ser un poeta conocido y afortunado».
Hesse dice que a los trece años se dio cuenta de que quería ser poeta, todo su propósito de vida fue en torno a esta decisión, en una lucha con muchas dificultades. Decía que no había ninguna carrera que enseñara a ser poeta, era un camino que había que seguir con la propia orientación a través de la vida. «Se nace poeta, no es poeta el que quiere llegar a serlo». «Es un honor ser poeta, un poeta conocido y afortunado». Pertenecía a una familia de pastores protestantes, que habían vivido parte de su vida en la India, tanto sus padres como también su abuelo, lo que tendría gran influencia en su crecimiento, sus creencias y sus novelas. Su relación con su madre fue muy importante, lo que él destaca en su afición por
la música.
Nació en 1877, en Calw, al sur de Alemania. Su niñez la relata como llena de riquezas: «Había adquirido importantes enseñanzas para la vida mucho antes de mis años de colegio. Conocía mi pueblo palmo a palmo, sus gallineros, sus bosques, sus huertos de frutas, sus talleres. Conocía sus arboles, sus pájaros, sus mariposas. Sabía muchas canciones. Sabía silbar”. Su adolescencia fue muy dificil en la búsqueda de lograr ser escritor. Estudió dos años Teología, que luego dejó; desempeñó muchos oficios diversos: asistente de un taller mecánico, ayudante de una fábrica de relojes de torre, vendedor de libros y escritor
de poemas. Siguió estudios en forma personal. «Entre mis 16 años y mis 20 años, no sólo Ilené cientos de cartillas con mis primeros ensayos de poeta. Conocí además la mitad de la literatura mundial y estudié con tenacidad la historia del arte, las lenguas y la filosofia, que hubiera bastado cumplidamente para unos estudios oficiales».
Los primeros libros que le hicieron ser y sentirse un real escritor fueron: «Hermann Laucher », «Peter Camenzind» y «Bajo la rueda», escritos entre 1901 y 1907. Todos de gran contenido autobiográfico y muy conectados con las dificultades de la adolescencia. En estos libros, como en toda su obra, sobresale su sensibilidad hacia la interioridad de las personas y la naturaleza, en una descripción de paisajes, viajes, amistades, amores, crisis, búsquedas, incertidumbres, siempre predominando lo poético y lo misterioso de estar en el mundo.
En 1911, junto con un amigo pintor, hace un largo viaje a la India, que tendrá mucha importancia en sus obras posteriores,
Antes de la Primera Guerra Mundial vive en Suiza. En 1914 entra en crisis con el militarismo alemán, con Alemania y sus gobernantes, siendo acusado de «deslealtad y traición a la patria», por sus opiniones pacifistas y su crítica al gobierno. En esa época muere su padre y su matrimonio entra en serias dificultades por una enfermedad mental de su esposa. Se separan y él también es afectado profundamente por una gran crisis emocional. Todo su mundo se desmorona. «...la pérdida de mi casa, de mi familia y de mis bienes y comodidades. Era un tiempo en que a diario me despedía y a diario me asombraba de que pudiera soportar y seguir viviendo y de que tuviera todavía cierto amor a la vida, que sólo me causaba dolor, desengaño, decepción y pérdidas.» Se ve obligado a buscar ayuda. Es psicoanalizado por el Dr. Lang, discipulo de C. G. Jung, entre los años 1916 y 1917. Esta enfermedad, su crisis y su camino de salida pasan a ser muy marcadoras en la vida de Hesse. Tiene 40 años, alcanza una mayor conexión y comprensión de su propia persona y de su estructura interna. Todo esto pasa a tener gran influencia en el resto de su obra.
En 1919 aparece publicado «Demián», donde se Iogra ver la influencia del psicoanálisis tanto como el cambio en la imagen que tiene de su vida. El mismo escribe en sus cartas que esta terapia fue para él muy importante en aclarar sus conflictos internos y su visión del mundo, pero que a nivel de la creación artística no cree que tenga una influencia importante, ni que através del psicoanálisis se pueda comprender lo artístico. Demián es llamada una «novela educativa» porque nos muestra el crecimiento de su personaje, Sinclair, con todas sus dificultades, teniendo como guía cercano o interior, a Demián, un joven más maduro que puede estar dentro o fuera de Sinclair. Muestra la niñez y la adolescencia con todas sus crisis, descubrimientos, incertidumbres y búsquedas. Es un relato «interior» donde desde la intimidad del personaje enfoca sus miedos, sus amores y admiraciones, sus símbolos y creencias, su permanente evoIución. Esta novela tuvo mucha aceptación en la juventud de postguerra europea.
Desde l919 vive en Lugano, Suiza, en un lugar que no dejará más, Montagnola. En 1921 se hace ciudadano suizo. Continúa su lucha por la paz y se asocia a otros escritores, como Romain Roland. En este período comienza una larga amistad con Thomas Mann.
En 1922 se publica «Siddharta». Desde la niñez Hesse había sentido una gran cercanía con la India por sus padres y su abuelo. Esta novela es un relato poético, poema «índico», sobre la vida de Siddharta que sigue muy de cerca la vida del Buda. Abandona el hogar, se une a un grupo de ascetas, aprende del Buda y luego vive una vida dedicada al mundo de los sentidos. Vuelve a la búsqueda personal y, después de muchas aventuras, termina trabajando como barquero en un río, donde logra su plenitud espiritual. La novela es como una leyenda llena de símbolos sobre el mundo y el destino del hombre, como el Río, Buda, la Totalidad, la Liberación del Samsara, lo Divino. Es una visión espiritual de la vida, la búsqueda de un sentido y de la interpretación del mundo.
Si en «Siddharta» se nos describe el proceso de la salvación de un hombre en un mundo lejano y místico,
en «El Lobo Estepario», se nos trae a un mundo caótico y despiadado, donde Harry Heller vive su realidad de intelectual a los 48 años, donde apenas puede soportar el estar vivo, a pesar de una formación personal de gran inteligencia, erudición y honores académicos. Era un «lobo entre los corderos de la sociedad burguesa», atrapado en sus propias contradicciones y ambigüedades, deseoso de ser cuidado, protegido y
a la vez querer destruir este sistema. Era un intelectual solitario, tenía una idea de hacia dónde podía caminar, pero no lo podía hacer por sí mismo. Estando al borde del suicidio, conoce a una mujer, Armanda, que lo comienza a conectar con sus emociones más primarias y su sensualidad. Por ella comienza una evolución interna hacia otra manera de verse a sí mismo. Por intermedio de otra mujer, María, y de Pablo,
un músico, llega al Teatro Mágico, donde tiene una visión y una vivencia de su ser interno real. Se conecta con los Inmortales, seres de un desarrollo superior, que han trascendido el mundo de los conflictos y las polaridades y viven en el espíritu. Ellos son de otra realidad y «condenan» a Harry Heller a la risa, a reírse de sí mismo, de lo que le sucede y del mundo.
En 1927 publica «El Lobo Estepario» y en 1930, «Narciso y Golmundo». Esta última novela continúa la permanente pregunta de Hesse: ¿Cómo superar la dualidad interna del ser humano? ¿Cómo unir en paz la parte espiritual y mental, con la emoción, pasión y sentimiento? Es un conflicto permanente del ser humano, que aparece de diferentes formas en sus obras. Aquí es llevado a la Edad Media, en un convento católico, en dos personajes, dos monjes, que siempre sentimos que son uno solo. Narciso es asceta, introvertido, racional, claro, cierto, algo monótono y predecible como todo lo virtuoso. Goldmundo, «Boca de Oro», es lo opuesto: sensual, extravertido, artista, buscando la parte femenina o a la Naturaleza, lleno de aventuras amorosas, peligros de muerte, mucho más humano que Narciso, más imperfecto, atrayente, «por completarse», siempre busca a la Madre. Al final del relato se juntan, como las partes de un mismo ser. Por medio de la creación artística logran unirse los polos de espíritu y naturaleza. Es un relato de gran atractivo literario por su forma poética, los personajes tan opuestos, la presencia permanente de la muerte y el amor, y los misterios y conflictos de la Edad Media.
Hesse siempre buscó un ideal de vida en el espíritu, que muestra en forma parcial en sus novelas como
algo por alcanzar. En «El Viaje al Oriente» y el «Juego de Abalorios desarrolla este ideal, procurando verlo desde adentro, como ya existente. Sus personajes centrales están en ese mundo, son parte y servidores de una comunidad, de un ideal de vida realizado en la tierra. Ya no son destinos individuales en lucha con sus demonios o lobos interiores, son destinos colectivos compartidos.
«El Viaje al Oriente» trata sobre un viaje interior, espiritual, de los miembros de una logia secreta. Externamente sucede en el sur de Alemania, Suabia, y en Suiza, lugares donde vivió Hesse. El personaje central se llama H. H. y el otro Leo, él es un «dócil sirviente que complace a todos, el más humilde entre los humildes». El narrador es H.H., que para ello ha tenido que romper un voto de silencio sobre la orden. Por esto ya no puede relatar la verdad más profunda de este grupo, la que, al desertar, es olvidada. El «secreto» de la orden lo ha perdido, por lo que el intento del relato es muy dificil. En esta novela muestra la búsqueda del «oriente personal» y colectivo, con un relato de simultaneidad de diferentes épocas de la historia.
Escribir «El Juego de Abalorios» le llevó casi once años de trabajo. Es su última novela importante, para algunos su obra de mayor profundidad. Fué publicada en 1943. El relato se sitúa en el año 2400, en un momento catastrófico de la cultura occidental, de materialismo, guerras, ansiedad, dolor. Es tan grande la decadencia espiritual existente que se forma una provincia llamada Castalia, donde podrán mantenerse estos valores y desarrollar la música, la filosofia, las artes, entre personas que vivirán sólo para eso. Se relata la vida de Joseph Knetch (knetch significa siervo), que ingresa desde niño a esta comunidad y llega
a ser Maestro del Juego de Abalorios, (Magister Ludi).
Describir el juego de Abalorios no es posible, sólo se nos dan algunas ideas sobre éste. Se trata de una actividad que busca la unión y relaciones, y su posibilidad de intercambio y juego entre los diferentes aspectos del conocimiento espiritual humano. Es un anhelo de totalidad y simultaneidad entre el arte, la filosofia y la vida. Un ejemplo podría ser las relaciones e intercambios posibles entre una música de Bach, las variaciones del latín entre el siglo XIII y XV, y la pinturas de Giotto. Knetch hace un largo recorrido en esta comunidad espiritual, conoce sus problemas, propone cambios. Es influido por un monje benedictino,
el Pater Jacobus, en su visión del mundo y de Castalia. Luego de llegar a ocupar el rol más importante y representativo de este lugar, en un acto aparentemente paradójico, por una crisis interna se retira para
vivir una vida personal e individual y muere, inesperadamente, al nadar en un lago.
Algunas ideas permanentes en la obra de Hesse
El pensar mágico y la totalidad
Hesse vivió una época de muchos cambios: las guerras, los cambios sociales, las doctrinas de Freud y de Jung, la teoría de la relatividad, los cambios en la literatura, en la pintura, y en la música, la pérdida de importancia de lo religioso y espiritual.
El creía que Europa vivía una franca decadencia cultural. Un mundo lleno de polaridades: materia-espíritu, paz-guerra, espíritu-naturaleza, demoníaco-angélico. La obra de Hesse está llena de estas dualidades en sus personajes, que luchan por encontrar un mundo más armónico que supere estos antagonismos, siempre tan dolorosos y llenos de conflictos: Demián-Sinclair, Harry Heller-Armanda, Paulo-Mozart, Siddharta -Govinda, Narciso-Golmundo, H.H.-Leo. Siempre presentes en el mundo de lo imperfecto, lo dificil, lo por realizar, la lucha por existir. Hesse plantea un camino «mágicomístico», una unidad ontológica de la naturaleza y el espíritu, una posibilidad de abarcar los opuestos en lucha, incorporados en un nivel superior de consciencia. Tenía un interés no sólo teórico o de su fantasía creadora, sino ético, de encontrar un mundo de los mejores valores de la humanidad y poder vivirlos. Hay muchos símbolos de unión y totalidad: el agua, el río, el fuego, la idea de la Madre Universal y la Virgen, el Juego de Abalorios, el Buda, el Teatro Mágico, los Inmortales.
Las tres etapas del crecimiento
Hesse sostenía, junto con otros autores y tradiciones religiosas, que el hombre nace en la inocencia - primera etapa - luego pasa al conocimiento, a los conflictos y a la desesperación - segunda etapa - y puede lograr, pocas veces, una vuelta a la inocencia - tercera etapa - como un estado espiritual y de servicio a la comunidad. Esta inocencia responsable es el logro del ser humano más evolucionado. El cree que sólo los artistas, los filósofos y los santos pueden llegar a esta etapa, luego de un largo camino de desengaño y crisis con el mundo habitual de la cultura y el conocimiento común. Se lograría una superación de los conflictos, unir los opuestos, encarnar y hacer vida los valores más altos de la cultura. La mayoría de las novelas de Hesse suceden en la segunda etapa, en que los personajes toman consciencia de las contradicciones internas y externas, de la lucha permanente, y buscan un camino de salida, lograr su individuación y abrirse paso a una vida espiritual.
Esta visión en tres etapas también se ha llamado Visión Milenaria: al término del milenio la humanidad se redimiría y podría pasar a un mundo espiritual. También esta idea tiene antecedentes importantes en el cristianismo. En «EI Viaje a Oriente» y «El juego de Abalorios», esta idea espiritual se nos muestra más plena y realizada.
La amistad-dualidad
Es otra constante en la obra de nuestro autor: la presencia de los amigos como una forma muy importante de relacionarse, de influirse mutuamente y de crecer. Son relaciones con un fuerte vínculo que permanecen en el tiempo. Casi siempre nos muestran la polaridad de algún conflicto del ser humano, representado en dos personajes, que muchas veces pensamos que pueden ser dos partes de una misma persona. Por ejemplo: Sinclair y Demián, Narciso y Golmundo, Harry Heller y Armanda, siempre uno aporta al otro lo que le falta, lo que lo completa, lo que lo hace más humano, «mejor ser humano» y le permite otro paso en su crecimiento. Por esto son amistades de mucho compromiso, muy internas, espirituales, y que producen cambios importantes. Cada personaje es como una semilla que germina y crece dentro del otro.
Hermann Hesse vivió el resto de su vida en Montagnola, bastante aislado. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1946, y ese mismo año el Premio Goethe en Alemania, donde su obra había sido quemada y prohibida por el nacionalsocialismo. Su obra alcanzó gran difusión en Europa y en forma muy importante en España y Latinoamérica . Murió en 1961 a los 84 años, habiendo logrado «ser un poeta conocido y afortunado».
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